1.10.2010

MITOLOGÍA Y ACTUALIDAD, SÍSIFO Y ZAPATERO


De Héctor Salazar Fernández

El Rey de los vientos era conocido como Eolo. Rey inteligente a la par que ingenioso, inventó las velas de los barcos. También era justo y piadoso, y veneraba a los dioses; por eso, su padre Poseidón, dios del mar, lo nombró guardián de todos los vientos. El hijo de Eolo, Sísifo, heredó su inteligencia, adaptabilidad e ingenio, pero, lamentablemente, no heredó su piedad. Sísifo era un bribón astuto y un ladrón de ganado que obtuvo un reino mediante la traición; y una vez en el poder resultó ser un cruel tirano.

Eolo, parte dios y parte espíritu del viento, es piadoso, y se le veneraba por esta razón. Pero el hijo del viento, Sísifo no tenía ni conciencia ni humildad, y por ello se le sometió a un castigo terrible. Como castigo por engañar a los dioses, en el inframundo Sísifo fue obligado a empujar una enorme roca cuesta arriba por una ladera empinada, pero antes de alcanzar la cima, la piedra siempre rodaba hacia abajo, y éste tenía que empezar de nuevo su labor; y así, por los siglos de los siglos.

Es increíble como leyendas mitológicas vuelven a la realidad actual. Nuestro contemporáneo hijo del viento, José Luis Rodríguez Zapatero, se asemeja en la gran mayoría de conductas y actuaciones a Sísifo, hijo mitológico del viento.

Carente de humildad y conciencia, Zapatero también será sometido a un horrible castigo, castigo legítimo e impartido por la ciudadanía española. Sísifo engaño a los dioses, nuestro Presidente engaña a la población, y por eso esta debe ser la que decida el respectivo castigo.

Nos ha engañado infinidad de veces y su crédito esta agotadísimo. Negó la crisis en numerosas ocasiones. Negoció con ETA hasta el punto de auto-humillarse y humillarnos, haciéndonos sentir impotencia y vergüenza. Permitió que ANV se presentara a las elecciones y que ahora copen cargos, informaciones y nuestro dinero público en numerosos ayuntamientos. Accedió a que un estatuto claramente inconstitucional y anticonstitucional fuese sometido a referéndum, sin interponer inmediatamente recurso ante el Tribunal Constitucional, como cualquier Jefe de Gobierno, medianamente serio hubiera hecho. Digo bien, anticonstitucional, este estatuto no es que no concuerde con la Carta Magna, es que va en dirección opuesta, insultándola e intentándola enterrar por vía del asesinato legal.

Merece tremendo castigo, pues no llama al orden al representante del Estado en la comunidad autónoma de Cataluña, señor Montilla. El Presidente de la Generalidad catalana representa a España, representa a mi país y no se entiende como el Presidente del Gobierno permite que haga declaraciones que se asemejan, por no decir que son idénticas, a las que llevamos escuchando décadas de boca de los Otegui y Ternera de turno. Son declaraciones que llaman al enfrentamiento civil de una parte de España contra otra, son manifestaciones amenazantes y violentas que no debieran permanecer impunes en ningún estado democrático de Derecho.

Sísifo, hijo mitológico del viento tuvo que cargar una pesada piedra por los siglos de los siglos. José Luis Rodríguez Zapatero, hijo actual del viento, carga y cargará con la piedra de ser considerado el peor presidente del gobierno de la democracia, tan solo “salvado” por coincidir en la historia con también la peor e inoperante oposición de los populares.

Llevamos casi dos años en los que desde sólo un escaño, el de Unión Progreso y Democracia, se han hecho más propuestas, se ha plantado más batalla, se ha buscado más unión y pactos, y se han dicho más verdades, que juntando los ciento ochenta escaños restantes del Congreso de los Diputados. Esto demuestra que nuestra democracia necesita una urgente regeneración, al igual que la forma de hacer política y explicarla a los ciudadanos. La manera de actuar de UPyD desde su escaño es el ejemplo, es la esperanza y el camino para que la democracia se robustezca y plante cara a los problemas y necesidades del siglo XXI.



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